Resulta complejo determinar la evolución teórica del término «género»
en las ciencias sociales, expresión derivada del anglicismo
gender.
30 La categoría de género tendría sus raíces en los debates
antropológicos y
sociológicos de la primera mitad del
siglo XX que indicaban que la
conducta humana era aprendida y no se encontraba predefinida por los
genes,
30 mientras que la inserción del concepto dentro del campo de las
ciencias sociales sería posterior.
31 Tales debates precedieron a la «
medicalización del sexo» ocurrido aproximadamente entre 1885-1910,
32 fase donde apareció «una nueva forma de entender y hablar sobre la sexualidad humana»,
33
perspectiva nueva que se alejaba de los juicios meramente prácticos de
los actos sexuales —descendencia, placer, lo socialmente aceptable—, y
que nacía conjuntamente con la
psicología y
psiquiatría, por lo que las voces autorizadas para hablar de sexualidad provenían del mundo médico.
34 Fue en esta época donde se comenzó a utilizar términos tales como «
homosexual» y «
heterosexual».
33
La distinción entre el medicalizado «sexo» y la categoría psicológica «género» apareció a partir de la segunda mitad del
siglo XX. Uno de los primeros autores que habría utilizado tal término en un sentido distinto al gramatical fue
John Money
en 1955 para referirse a los comportamientos asociados a la identidad
masculina y femenina de las personas, donde intervendrían factores
sociobiológicos;
35 36 años más tarde —en 1963—
Robert Stoller
sería quien introduciría la distinción sexo/género en el 23º Congreso
Psicoanalítico Internacional de Estocolmo tras buscar «una palabra para
poder diagnosticar aquellas personas que, aunque poseían un cuerpo de
hombre, se sentían mujeres»,
37 constituyéndose en el primer autor que contrastó explícitamente ambos términos
38 con el fin de precisar el concepto de
identidad de género con respecto al término
identidad sexual, que en su opinión era más ambiguo.
39 Parte de la visión de
Ralph Greenson habría influenciado la concepción Stolleriana.
31
El auge de los estudios
feministas en la
década de 1970 se apropió de la visión que Stoller desarrolló,
38 y comenzó a impulsar en el mundo anglosajón
40 el término
gender
desde un punto de vista específico de las diferencias sociales y
culturales, en oposición a las biológicas existentes entre hombres y
mujeres; aquí se pueden encontrar los trabajos de
Kate Millet,
Germaine Greer,
Ann Oakley y
Nancy Chodorow, entre otras.
41
El uso del término «género» también se generalizó a mediados de dicha
década en el mundo feminista español, especialmente con un sentido
social y cultural.
42
Luego, al hablar de género se está remitiendo a una categoría relacional
43
y no de una simple clasificación de los sujetos en grupos identitarios,
por lo que éste «guarda relación con las diferencias sociales entre
hombres y mujeres en cualquier sociedad».
44
En español, para algunos autores por una mera confusión idiomática de la traducción de
gender
—debido al doble significado en español: «género» y «sexo»—, el término
«género» pasó a ser también una acepción distinta a las connotaciones
gramaticales en la lengua española,
45 y que ha sido criticada por la
Real Academia Española por hacer un mal uso de la palabra «género» como mero calco del inglés
gender que no tiene traducción en español,
46 aunque en el
Diccionario panhispánico de dudas indica que este término —en cuanto a sentido técnico.
47
«categoría sociocultural»— sería aceptable, siempre que se utilice con un